Es conocida la influencia del estrés para el desarrollo de enfermedades cardiacas, su efecto en el aparato circulatorio no es tan grave como el de la hipertensión; pero, sin embargo, el estrés también es un desencadenante de problemas coronarios a tener en cuenta. Sobre todo, si se encuentra acompañado de otros factores de riesgo. De este modo, una persona hipertensa con altos niveles de colesterol y triglicéridos correrá más riesgo de padecer un infarto si, además, está sometida habitualmente a situaciones de estrés.
Cuando una persona sufre una situación de estrés aumenta su presión arterial y su necesidad de oxígeno. Además, también se incrementa la presencia de adrenalina, una hormona que contribuye a aumentar la presión arterial. Todo ello, favorece la posibilidad de padecer un problema cardiovascular.
Por otro lado, el estrés también puede contribuir a la coagulación de la sangre, favoreciendo la formación de un coágulo. Estos coagulos pueden llegar a obstruir por completo alguna arteria provocando un ataque al corazón.
Del mismo modo, un estado de depresión también aumenta el riesgo de padecer enfermedades coronarias. Probablemente, esto tenga mucho que ver con la tendencia a practicar hábitos de vida no saludables por las personas que están deprimidas. Es frecuente que una persona deprimida acuda al tabaco, el alcohol o a un exceso de comida para intentar paliar su malestar.
Estres Laboral y enfermedad cardiaca.
Un fenómeno creciente en el mundo moderno es el estrés laboral, fenómeno que en algunos países se hace cada vez mas importante, al respecto una reciente investigación realizada en mujeres, nos muestra la influencia del estrés asociado al trabajo en el desarrollo de enfermedades cardiacas.
Bajo la hipótesis que una presión laboral elevada aumentaría el riesgo de sufrir una angina de pecho o un infarto, científicos del Hospital de Glostrup (Dinamarca) realizaron un seguimiento a 12.116 mujeres danesas -todas ellas pertenecientes a la Sociedad Nacional de Enfermería- durante aproximadamente 15 años. Al inicio del estudio, todas las participantes, que tenían una edad comprendida entre los 45 y los 64 años, rellenaron un completo cuestionario sobre sus características, historial médico, hábitos saludables y situación en el trabajo.
Los investigadores registraron el número de problemas que se produjeron en las enfermeras seleccionadas. Encontrando que un total de 580 enfermeras fueron hospitalizadas por problemas cardiacos (infartos, angina, etc).
Al comparar los datos, se hallo que las enfermeras menores de 51 años que manifestaban estar sometidas a una alta presión laboral presentaban un riesgo de sufrir una angina o un infarto mucho más elevado que aquellas que consideraban que la demanda de su trabajo era "adecuada". Después de filtrar la influencia de otros factores de riesgo -como el tabaquismo-, los investigadores concluyeron que las profesionales más estresadas tenían un 35% más de riesgo de sufrir un problema de corazón.
El estrés laboral podría ser detonante de enfermedades tal como lo evidencia el estudio, por lo que trate de sobrellevar la presión laboral, mejore el entorno en su centro de trabajo y evite que los problemas laborales lo sigan a su hogar.