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lunes, 7 de julio de 2008

Prevención: Control de peso en el Embarazo

Una de las mayores preocupaciones de las embarazadas es el aumento excesivo del peso corporal. Sin embargo, durante esta etapa es normal subir de peso, aunque hasta cierto límite. Por ello lo más conveniente para controlar el peso es mantener el equilibrio mediante una dieta balanceada; y si se quiere conservar la salud durante todo el embarazo es necesario que la ganancia de kilos esté basada en las características físicas (constitución y altura) y de herencia genética de cada mujer.

Es indispensable vigilar el peso, ya que una futura madre que engorda demasiado es propensa a desarrollar enfermedades como hipertensión y diabetes, además corre el riesgo de presentar complicaciones en el parto porque a los niños grandes se les dificulta atravesar la pelvis y el canal de la vagina. Pero, contrariamente, en caso se acumulen menos kilos de los indispensables, se afecta el desarrollo del feto, tal como se plantea en dos estudios del British Medical Journal, los cuales demuestran que las mujeres deben seguir una dieta y estilo de vida saludables a fin de lograr un mejor comienzo para sus niños.

El primer estudio examinó 200,000 mujeres desde el principio del primer embarazo hasta el principio del segundo. De esta manera cuando el índice de masa corporal (IMC) de una mujer se incrementó de una a dos unidades, los investigadores notaron un mayor predisposición a preeclampsia, diabetes en la madre, presión alta y sobrepeso del recién nacido. Mientras tanto un aumento de tres unidades del IMC incrementa enormemente el riesgo de muerte fetal intrauterina.

Los autores del estudio enfatizan que las mujeres de peso normal deben evitar ganar peso, y aquellas mujeres con sobrepeso se beneficiarían perdiendo peso antes de volver a quedar embarazadas.
El segundo estudio se orientó a determinar la relación entre el cambio en el balance nutricional de la madre y el incremento del riesgo de un parto prematuro. Entre las mujeres que perdieron cinco o más unidades entre embarazos, los investigadores encontraron mayor riesgo de un nacimiento prematuro; en comparación con aquellas mujeres que subieron de peso o se mantuvieron estables.

¿Existe un peso óptimo?

Antes del embarazo es necesario un control de peso, utilizando como indicador el Índice de Masa Corporal (IMC), que compara la estatura de una mujer con su peso, a fin de determinar si presenta sobrepeso. Un IMC de 19 a 24.9 se considera normal, y de 25 a 29.9 se considera sobrepeso. Una persona con un índice de 30 ó más se considera obesa.

Si una mujer presenta sobrepeso antes de quedar embarazada, su necesidad de aumentar de peso es menor en comparación a las mujeres de peso normal. Su médico podrá decirle cuánto peso debe aumentar basándose en su IMC, antes de quedar embarazada o durante su primera visita prenatal.

Al margen de la complexión, toda embarazada debe aumentar por lo menos ocho kilos para que el feto se desarrolle en su totalidad, de modo que se pone en riesgo su estado si la madre sólo aumenta cinco kilos. Esta necesidad responde al hecho de que el feto toma de la placenta los nutrientes que requiere, y si no los encuentra recurre a las reservas de la madre; de ser así, de hecho, su desarrollo se verá obstaculizado siempre que no satisfaga sus necesidades.

Toda mujer debe conocer la cantidad de kilos que puede acumular. A las delgadas se les permite aumentar hasta 14 kg.; a las de complexión normal (altura de 1.65 m y peso de 55 Kg.), cerca de 1 Kg. por mes, lo que equivale a un total de entre 9 y 11 Kg. En las obesas se requiere casi 8 kg. Estos indicadores sirven a la mujer sólo como una orientación, ya que será el médico quien establezca la ganancia de peso permitida, ya que también se deben considerar factores como la retención de líquidos, entre otros.

La ganancia de kilos varía conforme avanza el embarazo. Durante el primer trimestre o la etapa de adaptación, algunas mujeres empiezan a engordar en pequeñas proporciones, mientras que las que manifiestan vómitos o carecen de apetito pierden peso.

El segundo trimestre es el período en el que el cuerpo de la mujer acumula la grasa que será útil para llevar a buen término el embarazo y superar el esfuerzo del parto. La reserva de grasa es uno de los factores que influye en la abundancia y calidad de la leche materna.

En el último trimestre el control debe ser más estricto, debido a que en este periodo el feto casi cuadruplica su peso. Durante esta etapa sólo está permitido engordar un kilo por mes, razón que obliga a cuidar la dieta evitando los azúcares. Por todo lo señalado es necesario precisar que el embarazo no debe ser considerado como el estado en el que la mujer puede comer todo lo que se le antoje, pues engordar demasiado, más que brindar beneficios al niño o a la madre, sólo complicará el parto y la recuperación posterior de la mamá.

¿Qué hacer en caso de tener bajo peso o sobrepeso?

Una de las principales medidas es que dentro de la evaluación de la gestante, el control del peso sea medido periódicamente en cada control prenatal.

En situaciones de bajo peso o sobrepeso las futuras madres nunca deben intentar bajar de peso mientras permanezcan embarazadas. Una dieta saludable y un programa de ejercicio aprobados por el médico pueden ayudarla a mantener el peso recomendado.

Fuentes:

1. American College of Obstetricians and Gynecologist: http://www.acog.org/publications/patient_education/sp064.cfm?printerFriendly=yes
2. Miguel Angel Gomez Marcos. Guía de Control y Seguimiento del Embarazo en Atención Primaria.
3. Control de Peso durante el embarazo: http://encolombia.com/salud/controlpeso-embarazo2.htm