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lunes, 10 de marzo de 2008

Decisiones personales interferidas por la ley




Javier Correa Miller






Uno de los derechos más importantes del ser humano, es el poder decidir asuntos referentes a sí mismo, con la sola excepción de quitarse la vida. Mal creemos los médicos que nuestra opinión es la última palabra y que no puede ser ni discutida ni contradicha. En realidad es el paciente quien tiene el derecho a decidir cuales son los tratamientos que quiere recibir y cuales los que de ninguna manera aprobarán. No pueden los pacientes elegir que medicamento quieren tomar para determinado problema porque eso sí es prerrogativa exclusiva de quien ha seguido un largo período de adiestramiento para tener el título que le permita hacer esa decisión. Un ejemplo que se presenta con frecuencia en los Estados Unidos está relacionado con la obligación que tiene el médico de preguntarle al paciente cuales son sus preferencias en el momento de hospitalizarlo.




Los puntos sobre los que el paciente debe expresar sus deseos son: resucitación en caso de paro cardíaco, el uso de medios mecánicos para mantener la respiración, el uso de alimentación por tubos en caso de no poder deglutir los alimentos, el uso de líquidos endovenosos, transfusiones y algunos otros que para el efecto de esta nota no son relevantes. El paciente puede no aceptar el uso de líquidos endovenosos o alimentación por tubos, pero no puede recetarlos en caso de que decida que si los desea. Es el médico quien decidirá ese punto.

El paciente o su familia pueden igualmente decidir si desean o no una autopsia o cremación en caso de muerte. Si alguien en el Perú decide que quiere ser cremado después de su muerte, la ley ordena que debe ser sometido a una autopsia antes de la cremación. Esto es una clara interferencia con los derechos de la persona. La razón es como alguien dijo en el Congreso, este año y con motivo de la discusión de la ley sobre “Donación de Órganos,” los legisladores hacen las leyes pensando que son hechas para tramposos y delincuentes. Felizmente la mayoría no es ni lo uno ni lo otro y tienen que sufrir sin embargo, los efectos de una ley que sospecha implícitamente que cuando alguien quiere ser cremado, se trata de ocultar algún hecho delictuoso. Pero para eso está el código penal y los familiares. No hay duda de que si algún miembro de la familia tiene alguna preocupación de esa índole, puede plantear la posibilidad de una autopsia, la cual sería en esa forma la excepción pero no la absurda regla. Esa ley debe ser modificada y espero que algún legislador tome en serio el reto de hacerlo. Tal como se hace en la actualidad es una burla a la inteligencia y moralidad de la mayoría de los peruanos.



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